La apacible Sevilla es una bella localidad al sur de la Península Ibérica, marcada por su clima, el carácter de sus gentes, sus reconocidas Semana Santa y Feria, y por ser el santuario de la tauromaquia.
La hermosa ciudad de Sevilla se levanta a orillas del Guadalquivir, un río que ha sido clave en su desarrollo. El nacimiento de esta vieja urbe data de hace más de tres mil años. Desde los tartessos hasta nuestros días Sevilla ha sido romana, visigoda, musulmana y cristiana, así como un punto clave de confluencia de rutas marítimas y terrestres. Denominada Hispalis por los romanos e Isbiliya por los musulmanes, presenta importantes testimonios de ambas culturas. Con el descubrimiento del Nuevo Mundo, Sevilla se convierte en el puerto de salida y llegada de las naves que se aventuraban a la exploración y colonización de estas nuevas tierras, alcanzando con ello una importante economía mercantil. Después de su declive en el siglo XVII volvió a resurgir tras la Exposición Universal de 1929. No obstante, su aspecto actual se debe a profundas mejoras acometidas para la Exposición Universal de 1992.
Cómo llegar y dónde alojarnos para disfrutar de Sevilla en tres días
La capital de la comunidad tiene unos accesos acordes a su categoría. La llegada más socorrida y popular se realiza a través del AVE. En menos de 3h desde Madrid y 5h30 desde Barcelona podrás llegar al centro sin problemas. Si vienes desde el noroeste puedes recurrir al avión, ya que tiene muy buena comunicación con Valladolid o Santiago. En media hora podrás llegar al centro con un autobús de la línea EA por 4€. Finalmente, para los que vivan a menos de 500km quizá les compense el coche, pero aparcar es difícil y costoso, por ello a lo mejor compensa alojarse en las afueras y luego moverse en transporte público.
Si venís en coche tenéis que tener en cuenta el aparcamiento. Normalmente se cobra aparte, pero algunas veces hay espacio en la calle. Otra opción recomendada es llevarlo reservado a través de MyParking. Aunque esté alejado, el Silken es muy buena elección. La empresa municipal Tussam os comunicaría con mucha frecuencia con el centro a un módico precio. Hay opciones muy sencillas y conocidas en pleno centro para los que no tienen problemas de parking. Son el Eurostars Regina y el Hotel Goya, por un importe muy razonable. Lo bueno de Sevilla es que tiene el centro muy concentrado y, una vez te alojes en el casco histórico, te despreocuparás del resto.
El planning perfecto para conocer Sevilla en tres días
Vamos a comenzar una completa ruta con todo lo que nos ofrece la capital hispalense.
El primer día visitaremos:
- Real Alcázar: es el palacio real más antiguo que sigue en activo en Europa. Empezó a construirse en el siglo XIV y contiene algunos de los mejores ejemplos de arquitectura musulmana. Sus jardines han sido escenario de rodaje de muchas películas y series y sus estancias han cobijado a importantes figuras como Cristóbal Colón, que planificó su viaje a América desde aquí.
- Barrio de Triana: el genuino barrio de Triana ofrece una zona peatonal histórica entre edificios góticos e islámicos que demuestra el rico pasado local. En el edificio del mercado podréis ver los fundamentos del Castillo de San Jorge y un centro educativo que expone una muestra sobre la etapa más oscura de la Inquisición. Huelga decir que la zona es cuna del flamenco, así que no dudéis en entrar a algún bar.
- Basílica de la Macarena: la famosa escultura de la Virgen de la Esperanza está aquí durante todo el año. Su popularidad alcanza el máximo el Viernes Santo, pero la iglesia neobarroca también merece una visita. El altar está adornado con motivos dorados y plateados y en el centro se encuentra la talla en madera del siglo XVII.
- Metropol Parasol: una de las construcciones más modernas. En la plaza de La Encarnación se encuentra este edificio que se erige sobre una base musulmana y romana. En el primer nivel hay un mercado y en los pisos superiores hay terrazas y balcones que permiten al visitante una panorámica detallada desde el centro de la ciudad.
Para el segundo día se propone:
- Catedral: es una de las catedrales góticas más grandes del mundo. Patrimonio de la Humanidad y lugar de descanso para los restos de Colón, se extiende a lo largo por más de 120m. Como fue construida sobre una antigua mezquita aún se conservan restos como el minarete (ahora campanario). Destacan el coro y las capillas en su interior, así como el altar de Pierre Dancart, que dedicó su vida entera para construirlo.
- Giralda: parte de la catedral, es un minarete en su origen que más tarde se transformó en campanario. Tiene una altura de 104m y fue construido a finales del siglo XII. La parte más alta se añadió más tarde, cuando la ciudad fue recuperada por los cristianos. Si queréis subir, aseguraos de reservar con antelación debido a la masificación de sus visitas.
- Barrio de Santa Cruz: en este barrio se encuentra la antigua judería y eso se puede ver en sus estrechas y laberínticas calles. Seguramente os perdáis callejeando, pero no os preocupéis y disfrutad de los edificios más antiguos como un convento, un palacio medieval e incluso más modernos como algún hotel.
- Plaza de Toros de la Maestranza: construida sobre una antigua plaza de disposición cuadrada durante el siglo XVIII, pero finalizada en el siglo XIX. Restaurada más recientemente ha sido lugar de peregrinaje para los amantes de la tauromaquia y turistas curiosos. En su interior hay un museo taurino que muestra todas las figuras que han toreado en el coso.
Al tercer día podemos realizar una ruta más relajada:
- Plaza de España: construida para la Exposición de 1929, es uno de los mejores ejemplos de arquitectura neorrenacentista. Los locales presumen de muchas fotos de bodas en este lugar, mientras que los turistas podrán acordarse de algunos rodajes de famosas películas. Se incluyen muchos elementos islámicos y cristianos que homenajean el pasado de la ciudad.
- Parque de María Luisa: parte del complejo de la Plaza de España, son unos jardines que constituyen un pulmón en la ciudad. Visitad el impresionante pabellón mudéjar que ahora es Museo de Arte, o admirad la famosa estatua de Cervantes en los jardines.
- Torre del Oro: fue construida por la dinastía almohade para proteger la ciudad de los invasores. En su interior se aloja un museo marítimo en el que podréis contemplar la historia naval y militar de la ciudad. Tras pasar por las salas que contienen fósiles, brújulas, cartografía, cañones y banderas podéis llegar a lo alto de la torre y disfrutar de unas bonitas vistas.
- Conjunto arqueológico de Itálica: los autobuses 170A y 170B conectan este lugar con la Plaza de Armas en menos de media hora. Es un conjunto muy bien conservado que contiene un antiguo anfiteatro de más de 25.000 espectadores. Además en los aledaños hay unas termas y calles empedradas en muy buen estado. En algunas viviendas podréis apreciar mosaicos que están intactos.
Comer en Sevilla es una delicia, tanto que para descubrir su diversidad culinaria es mejor perderse en bares desconocidos. Por la zona de la Catedral hay buenísimas opciones como la Bodega Santa Cruz, la Vinería San Telmo o la Taberna Coloniales. Prueba esa deliciosa comida casera andaluza que tiene una fama justificadísima. Si además queréis coronarlo con un espectáculo flamenco podéis acudir a El Arenal, El Palacio Andaluz o El Patio Sevillano.
Sevilla ofrece mucho en poco tiempo, estando tan bien comunicada con toda la península es una de las ciudades más preferidas por los turistas extranjeros, pero también por los españoles. Seguro que si volvéis descubriréis algo nuevo.
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