En Centroeuropa (nunca mejor dicho) encontraremos una de las joyas del continente. La asombrosa capital de la antigua Bohemia se ha quedado congelada en el tiempo y ofrece grandes espectáculos artísticos de la Edad Media: palacios, castillos, puentes, juderías… Déjate acoger por su amable hospitalidad y pasa tres días de cuento.
Los primeros recuerdos que se tienen del origen de la ciudad son del Paleolítico, aunque el primer asentamiento estable se remonta a la tribu celta en el siglo VI a.C. Germanos y eslavos reemplazaron a los celtas y durante la Edad Media se convirtió en el asentamiento de los reyes de Bohemia. En su historia destacaron el rey Otakar II y Carlos IV que desarrollaron la ciudad considerablemente. Después de las guerras husitas, Bohemia entró a formar parte de los Habsburgo y se desencadenó la Guerra de los Treinta Años. Durante los siglos XVIII y XIX la ciudad gozó de un gran crecimiento económico y el convulso siglo XX transformó la ciudad por completo: persecución judía, bombardeo aliado, bloque soviético, protestas… la dotaron de un nuevo carácter.
Cómo llegar y dónde alojarnos para disfrutar de Praga en tres días
Para llegar a Praga lo haremos en avión directo, pero no será tarea fácil encontrar buenos precios. Las compañías de bajo coste han limitado a unos días puntuales la contratación de vuelos, y las nacionales como Czech Airlines o Smartwings pueden ofrecer algún chollo, pero hay que estar atentos. Planificad con mucha antelación el viaje, lo agradeceréis. El aeropuerto no cuenta con un buen sistema de transporte público al centro, tendríais que coger el bus 110 o 119 y después el metro. No obstante, podéis recurrir a las compañías como Terravision o TIP Transport, que son más caras, pero más rápidas.
Mala Strana y Stare Mesto son las mejores zonas para alojarse, y las más caras, pero merece la pena. Hay ofertas muy decentes como el Hotel Salvator. Sin embargo, también hay otras zonas cercanas al centro que ofrecen precios muy interesantes; como es el caso del Hotel Alqush y el Residencial Bologna. Con los tranvías o el metro reduciremos esas distancias que sobre el mapa parecen más.
Aprovechad las ofertas de cambio que ofrece RiaFinancial. La corona checa sigue siendo la moneda oficial durante cierto tiempo hasta que entre el euro, y eso hace que los precios no hayan subido mucho más, aunque ya no es tan barato como antes.
El planning perfecto para conocer Praga en tres días
La ciudad está dividida en sectores o barrios muy centralizados, así que nos organizaremos para ver las zonas más importantes sin agobios.
El primer día nos quedaremos en la parte este:
- Plaza y reloj astronómico: es la plaza más concurrida de la ciudad, y una de las razones es su reloj astronómico, que atrae a los turistas que desean sincronizar sus relojes con uno de los más antiguos del mundo. El ayuntamiento se fundó en el siglo XIV y ofrece visitas guiadas por su consejo y asamblea. Si accedes al interior de su torre gótica verás el funcionamiento de uno de los mayores logros técnicos de la Edad Media. Después, atento a cada hora en punto, podrás asistir a un bonito espectáculo.
- Nuestra Señora de Tyn: es uno de los símbolos que dominan la panorámica de la ciudad por sus reconocidas torres. Fue construida inicialmente para los mercaderes foráneos que se acercaban a la ciudad a comerciar. Posee un exterior gótico y un interior barroco. En su interior hay un altar de estilo rococó y la tumba de Tycho Brahe, un distinguido astrónomo.
- Puente de Carlos IV: quizá la silueta más reconocible de la ciudad. Se completó en 1402 y te transporta a la época medieval según te adentras en el casco viejo. Fue uno de los nexos comerciales más importantes de Europa durante 4 siglos. Presta atención a las 30 estatuas de santos que datan del siglo XVIII mientras te empapas de una enigmática atmósfera.
- Vysehrad: un monumento nacional situado un poco más alejado del centro histórico. Desde su promontorio ofrece unas magníficas vistas del río Voltava. Contiene una iglesia neogótica y un edificio circular del siglo XI, el más antiguo de la ciudad. También alberga un cementerio con muchas celebridades checas como Antonin Dvorak.
El segundo día cruzaremos el río:
- Castillo: destaca por ser el complejo fortificado más grande del mundo. Su origen se remonta al siglo IX y su estructura ocupa más de 70.000 metros cuadrados. Con una extensión tan grande se dio paso a la edificación de 4 iglesias, 4 palacios y 5 zonas ajardinadas. Representaba el poder de los reyes de Bohemia y los emperadores del Sacro Imperio, pero ahora es la residencia oficial del presidente. Se ha reconstruido varias veces desde el siglo XII y ahora forma parte de la Lista de Lugares Patrimonio de la Humanidad. Por cierto, no pierdas la oportunidad de recorrer el Callejón del Oro.
- Catedral de San Vito: el mejor ejemplo del estilo gótico praguense. La catedral acoge los restos de reyes, príncipes y arzobispos. Se encuentra en el interior de la ciudad fortificada. Destacan sus mosaicos del siglo XIV y las vidrieras de Alfons Mucha. Las capillas representan escenas de la vida de Cristo y, tras una suntuosa escalera, podrás acceder a la corona real. Seguramente no veas las originales, pero te sorprenderán con las vistas desde su sala en la torre sur.
- Mala Strana: recibe su nombre por su “inferior” categoría al estar situada en el margen izquierdo del río, pero constituye un delicioso barrio que conduce al famoso castillo. Su origen se remonta a mitades del siglo XIII, siendo hogar de muchos artesanos alemanes que trabajaban para el rey Otakar II de Bohemia, su fundador original. Hoy alberga embajadas y edificios gubernamentales, pero destaca una preciosa iglesia barroca y una cervecería con más de 700 años de historia.
- Palacio Lobkowicz: hogar de la homónima familia aristocrática durante casi 4 siglos, el palacio forma parte del complejo del castillo. Fue confiscado por los nazis y después por los comunistas en los años 40 y volvió a la familia en 2002. Desde entonces es un museo privado con obras de Canaletto, Piranesi, Brueghel… También tiene una colección de partituras originales de Mozart, Haydn o Beethoven, entre otros.
El último día veremos un poco de todo:
- Plaza Wenceslao: es el centro de la ciudad nueva y tiene una estructura singular. Mide 750m de largo y 60m de ancho y los edificios que la rodean son en su mayoría hoteles, restaurantes y tiendas de moda, pero originalmente se ubicaba el mercado de caballos. Atentos a su historia más reciente, ya que en 1989 aquí se inició la Revolución del Terciopelo y la caída del comunismo.
- Cementerio judío: un lugar tan misterioso como significativo. Es el cementerio de origen judío más grande de Europa. Se fundó en el siglo XV y es un icono del antiguo barrio judío. Aunque podemos ver casi 12.000 lápidas, se cree que hay más personas enterradas, ya que hay varias capas de tumbas.
- Sinagoga española: este edificio posee unas bellas vidrieras y una asombrosa decoración interior oriental. Es la más nueva de las seis sinagogas de Praga. Construida en el siglo XIX y considerada la joya de la corona del barrio judío, es un ejemplo perfecto de la arquitectura neomorisca. Visita la sala de oraciones del piso superior para conocer la historia de la comunidad judía.
- Petrin: en un día soleado, podrás ver toda la ciudad y más allá, ya que está ubicado a 130m de altura sobre el río Voltava. Se ha convertido en un área recreativa muy popular entre los locales y los turistas. En la cima de la colina se encuentra una torre de observación que se inspiró en la Torre Eiffel de París. Puedes acceder con un funicular y después subir los 299 escalones de la torre, así que prepárate.
La comida checa entra por los ojos no solo por su color, sino también por su variedad. Los ingredientes fundamentales son las especias y la mayoría de los menús son de un solo plato, pero no te asustes, las sopas son contundentes, los knedliky con guisos como el goulash o el knuckle son una exquisitez. Saldrás lleno. Los auténticos como el Pinkasu y el Medvidku son siempre garantía de calidad y cantidad. El Lokál es muy conocido entre los locales por su bajo precio, pero las cantidades son ingentes. Por último, puedes rematar cualquier día en una buena cervecería como Zlateho Tygra, todo acompañado de una buena Pilsen, no lo dudes.
Las mejores tradiciones y costumbres medievales se dan cita en esta capital. Desde primavera disfrutarás de un buen tiempo y te enriquecerás de la gran cultura del corazón de Europa.
Deja un comentario