La villa de Oporto tiene un particular aire melancólico, con edificios, calles y mercados que están viejos o medio en ruinas mezclados con otros en buen estado o modernos. Es curioso pasear por un lugar así, a veces parece que estás en otra época. Además tiene el encanto del Duero, con su rivera, sus bodegas, sus paseos en barco… un ambiente relajado, seguro y muy agradable para tomar algo, comer o cenar, es un fin de semana perfecto.
Por su potencia cultural, demográfica e industrial es considerada como la capital del norte de Portugal. Se cuenta que su origen está en una visita que un argonauta griego hizo en la antigüedad y fundó un enclave comercial, pero no fue hasta los suevos y los alanos cuando adquirió más importancia por su puerto. Desde entonces ha sufrido muchas invasiones y por ello se conservan todavía numerosos castillos por la zona y los edificios tienen ese aire fortificado. Su máximo apogeo llegó con el primer rey independiente de Portugal, Alfonso Henriques. Después, y debido a la fama de su vino, así como a las rutas que entraban por el Duero, la prosperidad de la ciudad ha estado siempre en alza.
Cómo llegar y dónde alojarnos para disfrutar de Oporto en tres días
Oporto está muy bien comunicado con muchos puntos de España por rutas directas. Esto es, avión hasta Matosinhos desde Madrid, Barcelona o Valencia por un módico precio. Después hay 3 autobuses que os llevan al centro en media hora (601, 602 y 604). Desde Galicia también Renfe ha dispuesto un tren internacional que comunica Vigo con Oporto en 2h. Finalmente Eurolines o Alsa también ofrecen la posibilidad de llegar en autobús desde ciudades próximas a la frontera. El coche, nuevamente, aparece como la opción más sencilla si vivimos en la zona noroeste de España.
El centro de la ciudad es reducido y no necesitaremos de transporte público para movernos, aunque podemos usar un tranvía para ir hasta Vila Nova de Gaia. No obstante, el metro y los autobuses son muy eficientes y válidos si cogemos alojamiento en la parte externa del casco viejo, como el HF Tuela o en la misma Vila Nova (con un precio más reducido) podemos encontrar un Ibis que son una ganga, el Porto Gaia. En el centro de la ciudad hay una opción muy recomendable que es el Guesthouse inPatio.
El planning perfecto para conocer Oporto en tres días
Haremos una ruta de 3 días muy relajada para disfrutar de la ciudad:
El primer día visitaremos:
- Igreja da Ordem Terceira de São Francisco: cerca de la rivera, esta iglesia en estilo barroco atrae a los visitantes por su interior decorado en motivos dorados, mármol y madera. Su construcción data del siglo XIV, por encargo del Rey Fernando. La decoración se extiende hasta finales del siglo XVIII y destaca la cantidad de oro empleado (hasta 400kg). No dejes de visitar las catacumbas.
- Catedral (Sé): la catedral fue uno de los primeros monumentos románicos del país y es muy reconocible por sus 2 torres jalonadas por un contrafuerte, un pórtico barroco y una capilla gótica. Su aspecto actual se debe a las obras acometidas en 1737, pero su esencia es del siglo XII. En su interior hay un claustro gótico con reminiscencias del Barroco y un altar de plata que preside la nave.
- Serralves: una edificación minimalista en los Jardines de la Fundación Serralves. Forma parte del circuito contemporáneo europeo y es el museo más visitado de Portugal. A lo largo de sus 18 hectáreas podréis contemplar un museo de 14 salas, esculturas modernistas, una librería y varios cafés. Podéis comprobar primero las continuas exposiciones temporales que alberga.
- Torre de los Clérigos: la construcción más reconocible e icono de la ciudad. Se construyó a mediados del siglo XVIII con un estilo toscano, aunque también podemos ver detalles barrocos. Sirve de orientación a peregrinos y turistas, ya que está en una de las partes más altas de la ciudad. Si tienes fuerzas puedes subir los 240 peldaños para tener unas vistas completas del casco viejo.
El segundo día podemos ver:
- Palacio de Cristal: cuando uno se adentra en estos jardines podrá disfrutar de unas vistas únicas sobre el Duero, Oporto y el Puente de la Arrabida. El palacio original fue derruido en los años 50 y lo que queda es una especie de homenaje. Bien es cierto que los jardines han visto mejores días, pero todavía se puede disfrutar de un tranquilo paseo entre los pavos reales.
- Librería Lello e Irmão: goza de una popularidad más reciente debido a que inspiró a la autora de Harry Potter para describir una tienda de varitas. Es un edificio de principios del siglo XX con toques neogóticos que añade un toque mágico a los libros. Las suntuosas escaleras siempre están copadas por turistas. A la salida acercaos a la Iglesia del Carmen.
- Liberdade – Santa Catarina: un agradable paseo que comienza desde la Praça da Liberdade. Esta recuerda a los elegantes bulevares parisinos, flanqueada por hoteles y regios edificios y presidida por la torre del ayuntamiento. Es la ruta ideal para mezclarse con la muchedumbre local y disfrutar de algunas tiendas o cafés como el Majestic (histórico donde los haya).
- Sao Bento: se considera una de las estaciones más pintorescas de Europa. Ya en la entrada podemos ver una muestra de la historia de Portugal en sus azulejos. Por fuera y por dentro es espectacular, ya que podremos ver los eventos históricos, paisajes y escenas etnográficas magníficamente plasmados por el pintor Jorge Colaço.
Para finalizar, el tercer día:
- Palacio da Bolsa: este austero edificio fue construido por la Asociación de Comerciantes en 1850. Hoy ofrece un tour guiado muy interesante por la asamblea, tribunal y la antigua plaza bursátil. Está presidido por una cúpula octogonal de metal y vidrio. En el recorrido también hay algunas obras de arte dignas de ver.
- Cais da Ribeira: aproximaos hasta la orilla del río y dad un paseo por la rivera. Desde los muelles hasta la plaza el paseo está decorado con sus pintorescos edificios coloridos y terrazas. La plaza es una de las más antiguas de la ciudad (construida en 1389). Si podéis y tenéis tiempo, no dudéis en coger algún recorrido en barco por el Duero, salen todos desde aquí.
- Ponte de Dom Luis I: se puede cruzar este puente no apto para personas con vértigo para llegar a Vila Nova de Gaia. Se completó en 1886 y en su día fue el más largo en su categoría. Destaca su doble cubierta y los arcos metálicos que componen su estructura. Recuerda acceder solo por la parte superior si vas andando o en tranvía, ya que el espacio inferior está reservado a los vehículos a motor.
- Vila Nova de Gaia: en la margen izquierda del Duero se encuentra esta ciudad que ha sobrepasado a Oporto en número de habitantes. Se nota su estructura económica en la diversidad de sus edificios, pero destaca la alineación de sus bodegas cercanas a la rivera llena de rabelos. Croft, Sandeman y muchas más ofrecen la posibilidad de tomar un vino y disfrutar de música en directo.
Y ¿qué se puede decir de la gastronomía portuguesa que o sepamos ya? Poco o nada. Uno de los grandes atractivos de esta ciudad portuaria son las francesinhas, una especie de contundente sándwich que cada local prepara de una manera diferente. La del Café Santiago es obligatorio probarla, pero también es conveniente perderse por cualquiera de sus calles y probar una que no sea famosa. Otra opción es O Retiro do Jardim con una variedad sensacional de platos y precios. También al cruzar a Vila Nova hay que probar las famosas bifanas en locales como la Churrasqueira Carpa.
Oporto es una ciudad infinita. Muchos os dirán que en un día está todo visto, pero empaparse de su vibrante atmósfera e integrarse con la Portugal más auténtica hará que volváis para una estancia más sosegada.
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