Quizá no goza de la popularidad de otros enclaves naturales como Doñana, las Islas Atlánticas o los Picos de Europa, pero esta extensión de 40.000 hectáreas ofrece una imagen muy similar al Serengueti del África oriental. Es un espacio casi virgen donde se fusionan los Montes de Toledo con terrenos arcillosos, dando lugar a una imagen muy especial.
El Parque Nacional de Cabañeros se encuentra en Castilla-La Mancha, entre las provincias de Toledo y Ciudad Real. Consiguió revalidarse como Parque Nacional en 1995, porque las fuerzas aéreas querían el terreno para convertirlo en campo de prácticas de tiro. Cuenta con una diversidad biológica asombrosa, con aves muy escasas como el águila imperial o el buitre negro, hasta mamíferos como el lince ibérico. Todo ello rodeado de una botánica y orografía muy particular.
Las mejores franjas para visitar el parque son a primera hora de la mañana o justo antes de la puesta de sol. A pesar de que el parque está abierto todo el año, hay épocas en las que es único visitarlo. Una de ellas es la floración primaveral, con un color verde intenso, y otra a finales de verano, con la presencia de la berrea de los ciervos. Hay tres centros de visitantes: Horcajo de los Montes, Casa Palillos y la Torre de Abraham. En cualquiera de ellas puedes hablar con un guía que te aconsejará sobre los detalles menos habituales y las mejores rutas.
Cómo llegar y dónde alojarnos para disfrutar de Cabañeros en tres días
Hemos concebido esta etapa para que se acceda con coche propio, aunque desde hace poco, el parque ofrece la posibilidad de llegar en transporte público y alquilar allí un 4×4 para realizar una ruta de 3 h en la que se explorarán caminos públicos y fincas privadas. De hecho, además de los centros de visitantes anteriormente indicados, existen dos entradas más que combinan la visita con actividades de senderismo. Estas son: Alcoba de los Montes y Retuerta del Bullaque. En el caso de que escojáis esta opción, debéis saber que las compañías de línea regular que operan hasta el parque son AISA (si venís desde Ciudad Real) y SAMAR (si acudís desde Toledo).
Los alojamientos merecen mención especial, ya que algunos de ellos están increíblemente integrados con la naturaleza. Desde aquí os indicamos los más populares, ya que no hay una amplia oferta, al ser municipios con escasa población. En Hontanar se encuentra El Refugio de Cristal, con piscina al aire libre y un buen restaurante. La Posada del Corralón es una casa de campo económica que se encuentra en Alcoba; y en Retuerta se encuentran las Casas Rurales La Ermita y El Cerro, que ofrecen una categoría de tres estrellas en alojamiento rural.
El planning perfecto para conocer Cabañeros en tres días
En realidad se puede invertir solo un día en realizar una actividad que os permita conocer el parque, pero ¿qué os parece dejar un espacio de tres días para que os permita descansar y desconectar? Las rutas de senderismo son intensas.
Sus pueblos:
- Alcoba de los Montes: parece ser que la fundación de Alcoba pudo estar relacionada con su cercanía a la calzada romana que unía Mérida y Toledo. Actualmente es un municipio con poco más de 700 habitantes caracterizado por su riqueza natural y por dedicarse principalmente al sector terciario (agricultura y ganadería). Destaca su Iglesia Nuestra Señora de la Consolación, de una única nave en mampostería. Su altar posee un óleo vinculado a la escuela toledana del siglo XVII.
- Hontanar: bañado por dos arroyos que nacen en los Montes de Toledo, llegó a tener 400 habitantes, pero después de la Guerra Civil sufrió una importante despoblación. Se puede visitar el castillo, del siglo XIII y vinculado a la Orden del Temple. También la Torre de Malamoneda, con una necrópolis con más de 100 sepulcros tallados en una roca y una ermita que fue ocupada por la Orden de San Jerónimo. Su punto fuerte es el Yacimiento de Malamoneda, con estructuras de gran importancia arqueológica, monumental y artística, ya que corresponde a las etapas hispanorromana, visigoda, musulmana, alto y bajo medievales cristianas.
- Horcajo de los Montes: una población que supera el millar de habitantes atravesado por la Cañada Real Segoviana, pero con pruebas de asentamiento desde la Edad de Piedra. Su Museo Etnográfico ofrece una detallada historia sobre las costumbres locales dedicadas a la construcción de casas que ayudaban a vivir bajo el abrasador sol veraniego. También se pueden apreciar utensilios de labranza y maquetas que recrean la vida de la zona en varios siglos. De más reciente construcción también está la Ermita de Nuestra Señora de Guadalupe y la Iglesia Parroquial de San Antonio Abad.
- Los Alares: es una pedanía situada en un valle a media ladera, en la que destaca la arquitectura de estilo popular. La localidad está formada por varias calles de trazado irregular alrededor de una pequeña plaza con una fuente. Destaca la Iglesia de Nuestra Señora del Pilar, bendecida en 1889.
- Los Navalucillos: en plena Comarca de la Jara, fue fundado en el siglo XII según documentos del rey Algonso VIII. Entre los siglos XV y XVII Los Navalucillos lidera la comarca con una situación de constante crecimiento, convirtiéndose así en punto de mira de los movimientos migratorios. Su Iglesia de San Sebastián engaña desde su austera fachada, pero esconde un altar mayor de la escuela churrigueresca del siglo XVIII. Además se puede visitar a poca distancia la Ermita de Nuestra Señora de las Saleras, de estilo renacentista.
- Navas de Estena: hace 700 años, en el lugar donde hoy se encuentra Navas de Estena se reunieron por primera vez dos de las instituciones comarcales más antiguas de España, las Hermandades de Toledo y Talavera. Dos años después se sumó la de Ciudad Real. Aquí podemos visitar la Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Antigua y una Ermita homónima más reciente construida a imagen y semejanza de la anterior.
- Retuerta del Bullaque: es una gran finca propiedad del Ayuntamiento de Toledo en la que se celebraban reuniones de los habitantes de los Montes de Toledo para hablar de los problemas de la zona frente a la propietaria del territorio. Podemos visitar el Museo de la Fauna de Cabañeros, que expone las especies de animales que pueblan el parque y las características de su ecosistema. También la Torre de Abraham, antigua fortificación árabe, y la Iglesia de San Bartolomé Apóstol, del siglo XVI, con una destacada torre campanario.
- Santa Quiteria: este pequeño municipio llama la atención al visitante en época estival, porque posee un área recreativa situada junto al río y un embalse que están adaptados para el baño, con barbacoas y merendero que permiten disfrutar al aire libre del sol y bajo la sombra de su encinar.
Sus actividades:
- Rutas a caballo: a lomos de estos apacibles animales podremos realizar un recorrido de 1,5 h por la ribera del río Bullaque.
- Canoas: también en el mismo río, existe la posibilidad de alquilar un kayak con todo lo necesario. Está disponible incluso en invierno.
- Senderismo: rutas desde 2 km para los amantes de las rutas al aire libre, con guías oficiales del parque e itinerarios adaptados para todas las edades y condiciones físicas.
- Astroturismo: acompañados de grandes mitos e historias, podremos observar el cielo en una noche despejada y aprender conceptos básicos de astronomía, a la vez que obtendremos una imagen diferente del parque y su entorno.
- Observación de aves: salidas prácticas al campo, con guías ornitólogos para comprobar las migraciones de estos animales en primavera y otoño.
- Rutas en 4×4: una de las actividades estrella, porque ofrecen un recorrido muy dinámico por la Raña de Santiago y otras fincas, de una manera cómoda para los días con un clima más duro.
Como bien sabréis, la gastronomía típica de la zona está muy orientada a la materia prima gracias a su rica producción agrícola, pero también se añaden elementos de la caza que hacen que los cocineros locales lo conviertan en una mezcla muy peculiar y sabrosa. Podemos degustar muy buenos platos en El Cazador, en Santa Quiteria, y El Molino, en Horcajo. Estos dos restaurantes son los más tradicionales en cuanto a imagen y cocina. No obstante, Casa Román, en Navas de Estena, es un espacio renovado con comida casera y tapas de reciente elaboración.
Una visita y estancia muy diferente, pero a la vez agradable, que nos permitirá disfrutar de la naturaleza en un punto relativamente céntrico de la península, alejado de masificaciones.
Deja un comentario